miércoles, junio 15, 2011

Arte

Tengo una explicación para esto:

La adaptación de los seres a su entorno depende de las vías de comunicación y transferencia utilizadas. Las vías directas imponen su propio ritmo. Rápidas o lentas, intensas o suaves, precisas o generales, siempre evaden la posibilidad de mediación. Las indirectas, en cambio, retardan su efecto tanto como uno/a lo desea. En ese impás la interacción se negocia. Se cede una parte a cambio de otra, se prueba, se mezcla. El resultado tiene mucho de uno/a y, a menudo, muy poco de lo otro. Por ejemplo: sentir en las manos la textura de una tierra limosa no es lo mismo que tropezarse en ella. Y al contrario, el remate de un chiste nunca puede ser la explicación de su gracia.

Lo interesante es saber dónde situamos cada acción. Sabemos que el flujo de intercambio es constante y que los canales, directos o indirectos, tienen sus ventajas y sus desventajas.

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