Todavía lo tengo en mi cabeza como si hubiera sido ayer (bah, en realidad FUE ayer). Lugar: Av. Corrientes al 500. Hora: cerca del mediodía. Estaba esperando que el flaco de Clarín me traiga los fascículos atrasados del depósito mientras golpeaba el mostrador con mis dedos. Debo decir que no recuerdo el ritmo que estaba siguiendo. Y el señor que estaba al lado mío me dice: "tenés buena rítmica”. A lo que le respondí: "gracias por el cumplido". Y el tipo me dijo que me lo decía de verdad, que algo de música sabia. Yo lo tome como creo que cualquiera lo hubiera tomado: como un halago de una persona a la cual no conoce. Cuando vuelve el flaco del deposito, este señor le pregunta por 2 ediciones viejas de Clarín, donde supuestamente aparecían fotos de el, para regalárselas a alguien. La cosa fue que me entere de quien era cuando me lo cruzo devuelta en la cola de la caja y le pregunto si era el de la foto, a lo que me respondió que si: que se llamaba Fats Fernández. Y así fue como mi cabeza empezó a trabajar para saber de donde me sonaba. Hasta que me acorde que dentro de poco hay un festival de jazz en el N/D Ateneo y a que no saben quien va a tocar el último día: Fats Fernández. Cuando llegue a casa lo primero que hice fue buscar en el bendito Google quien era. Así fue como me entere que es un trompetista nacido en el barrio de La Boca, que toca su instrumento desde los seis años y que fue elegido por Wynton Marsalis como uno de los 10 mejores trompetistas de los 90, entre otras cosas. Así fue como conocí a Roberto “Fats” Fernández, ahora me falta conseguir algún disco suyo para poder conocer su música.
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