Y esa fría mañana de Mayo, en la esquina de Av. Corrientes y Pringles, mientras observaba el caos vehicular, Atilio, el abuelo sabio, me dice indignado:
-¡Mira el quilombo! ¡De no creer!
A lo que le respondí:
-Y si, la verdad...
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
me encanto juanma!!!... me estoy riendo mucho en un estado raro de la mente!! besos
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me encanto juanma!!!... me estoy riendo mucho en un estado raro de la mente!!
besos
drogada querrás decir.
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